Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

jueves, 11 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 46: AHORA, SOLO QUEDA ESPERAR

Lis estaba emocionada. Aquella mañana estaba radiante. Lástima que Derek no sintiera ese mismo entusiasmo. Cuando la vio entrar y hablar tan eufóricamente con sus amigas se acercó a ella y la tomó por el brazo para que se volviera.

-¿Por qué no me cogiste el teléfono ayer? – Le preguntó en un tono poco afable.

Eso a Lis la disgustó y le contestó molesta.

-Estaba ocupada.

¿Tan ocupada como para no poder contestar?

-Sí. Tenía mucha materia atrasada y necesitaba avanzar. No disponía de tiempo paran nada más – sentenció Lis.

Derek viéndose derrotado se marchó a su sitio y no le dirigió la palabra en todo el día.

Las clases se le hacían eternas. El reloj no avanzaba. No prestó atención a ninguna de ellas, su mente trabajaba sin cesar para buscar una manera con la que sorprenderle. De vez en cuando levantaba la mirada de su libro i veía como Derek la observaba detenidamente, con los labios fruncidos en una delgada línea, intentado descubrir esa felicidad que se reflejaba en su rostro y el desplante del día anterior.

Y, cuando se disponía a saludarle, él se limitaba a volver la cara para no tener que cruzar una palabra con ella.

¡RIIIIING!

Recreo.

¡Al fin! Un poco de tiempo de descanso no le vendría mal. Luego vuelta a clase y otra vez a lo mismo.

Después de varias horas eternas por fin las clases llegaron a su final.

Lis se despidió rápidamente de sus amigas, recogió sus cosas y corrió calle abajo como alma que lleva el diablo. Temía que ya estuviera en su portal esperándola, pero para su alivio no fue así.

Entró en casa, dejó la mochila en su cuarto y se comió los macarrones con la mayor rapidez de la que fue capaz. Una vez recogido todo volvió a su habitación para prepararse.

¿Qué me pongo?

Y haciendo memoria recordó que sus amigas para su anterior cumpleaños le regalaron un conjunto de ropa interior. Se abalanzó sobre la mesilla como un lobo hambriento se lanza a por una oveja indefensa. Buscó y rebuscó hasta dar con él. SE despojó de todas sus ropas, se puso el conjunto y se miró al espejo.

Era un sujetador de encaje de color negro. Totalmente transparente adornado con unos dibujos en forma de rosas. La parte de abajo era un tanga de tira fina, también negra y semitransparente pero esta vez adornado con un lacito morado de raso.

Para no coger frío mientras esperaba se puso encima una bata de leopardo blanco que le llegaba a la altura de los muslos. El pelo suelto cayendo de forma desordenada por los hombros. Estaba lista.

Ahora, solo quedaba esperar.

Fin del capítulo 46

jueves, 4 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 45: CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

♦♦

Un toque, dos toques, tres toques…

-Hola preciosa. Estaba esperando tu llamada.

-Tu espera ya ha finalizado.

-¿Qué llevas puesto?

-Directo al grano ¿eh?

-No me gusta hacerme esperar.

-Ya lo veo.

-Todavía no has contestado a mi pregunta.

-Una toalla blanca. Aún llevo el pelo mojado y no quiero empapar la ropa. Y tú?

-Nada.

La palabra quedo flotando en la línea.

-¿Qué estabas haciendo antes de llamarme?

-Leer.

-Si estuviera allí no tendrías que haber cogido el libro.

-¿Por?

-Porque yo te mantendría ocupada.

-¿Y cómo estás tan seguro?

-Porque sé que me deseas y que no podrías resistirte a mí. Porque me pondría encima de ti y te quitaría la toalla mientras te muerdo el hombro.

Silencio al otro lado de la línea.

-¿Y ese silencio?

Sigue por favor… - no podía creerse que le suplicara aquello.

-Claro preciosa. Tus deseos son órdenes para mí – Dimitri continuó con su relato -. Tiraría la toalla fuera de la cama para que no nos molestara. Te separaría las piernas para poder estar más cerca de ti, para notar el calor que emana de tu interior. Acercaría mi boca a tu oído y recorrería tu desnudez con manos anhelantes mientras te susurro todo lo que voy a hacerte en cada momento para crear en ti un deseo irrefrenable.

La humedad procedente de mi atracción sobre ti mojaría poco a poco tus muslos, invitándome a bajar mi cabeza y rozar tus piernas con mi lengua para probar ese néctar que mana de tu interior.

-¿Qué pretendes conseguir con esto?

-Que te masturbes, que me pidas que vaya a tu casa y que te haga todo lo que te he contado.

-Ven mañana a mi casa, estoy todo el día sola. Así podre sentir todo lo que me prometes.

-Si de verdad quieres que vaya quiero oírte gemir, quiero oír que me deseas y que no puedes esperar.

Lis deslizó su mano izquierda hacia su entrepierna y noto como se empapaba a los pocos segundos. Comenzó a emitir unos les ves gemidos y a pedir a Dimitri que fuera a su casa al día siguiente.

-Vale me has convencido. Mañana después de comer. Estate preparada.

La línea se cortó.

Fin del capítulo 45.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 44 - LLAMANDO...

La Inquisición española nació en 1497 de mano de los Reyes Católicos para…

Dimitri….

Estudiar era inútil. Ni siquiera leyendo el tema que más le gustaba conseguía dejar de pensar en él, en sus ojos verdes, en sus labios…

Tras mucho pensar y sopesar sus opciones llegó a la conclusión de que no podía estar sufriendo por Derek. Ni siquiera era su novio. Era cierto que le gustaba pero era distinto a lo que sentía por Dimitri.

Derek era tranquilo, cariñoso y atento. Dimitri por el contrario era ardiente, apasionado y feroz. Las dos caras de una moneda. Totalmente opuestos.

¿La solución? Sencilla.

Estaría con los dos a la vez. Lo que uno no podía darle lo obtendría del otro.

Una vez tomada la decisión y con la mente despejada se dirigió al baño para darse una ducha.

Mientras se calentaba el agua Lis se miró al espejo. Su larga melena pelirroja caía sobre su espalda como la lava se desliza por la ladera de un volcán tras su erupción. Algunos mechones se habían deslizado por su cuello tapando sus desnudos pechos. Sus ojos escrutaban cada detalle de su anatomía, intentando descubrir en vano cuales eran los encantos que hacían despertar esos sentimientos en aquellos dos seres del sexo opuesto.

La estancia comenzaba a llenarse de vapor. El agua estaba caliente.

Se metió a la ducha y dejó que el agua mojara sus cabellos y recorriera cada centímetro de su cuerpo. Se cubrió de espuma y enjabonó su pelo con champú de frambuesa.

Al salir estaba completamente relajada. Cubrió su cuerpo con una toalla blanca, se desenredó el pelo y fue a su cuarto. Una vez allí escogió uno de sus libros favoritos y tumbada en la cama comenzó a leer hasta que la vibración de su móvil la sobresaltó.


Presionó el botón de colgar y rechazó la llamada.

No le apetecía mantener una conversación en la que el tema principal girara entorno a ella y a su estado de ánimo que tan distinto era ahora.

La conversación que quería mantener era muy distinta. Ya sabía quién podía proporcionársela. Cogió su móvil y marcó.


Fin del capítulo 44

lunes, 1 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 43: LA ESTARÉ ESPERANDO

A la mañana siguiente Lis se levantó con un dolor de cabeza horrible. El haber estado llorando la noche pasada le había pasado factura. Se incorporó y sentó en el borde de la cama. Al estirarse, un dolor agudo le recorrió todo su cuerpo, desde la nuca hasta las puntas de los pies.

-Uff… No pienso volver a estar mucho tiempo de cuclillas en mi vida.

La mañana pasó asombrosamente rápido. Las voces de sus amigas y profesores se oían lejos, amortiguadas. Derek se pasó todo el día comentando el día anterior y cada palabra amable por su parte se hundía en el corazón de Lis como una daga, que hacía que a su corazón volvieran a brotar los momentos pasados con Dimitri. Empezaba a temblar y en su cara se reflejó la tristeza que le atenazaba la garganta.

-Lis ¿te pasa algo? Tienes muy mal aspecto.

-No… he pasado una mala noche eso es todo – intentó impregnar su voz de una alegría que sonó demasiado falsa.

Cuando las clases terminaron, Derek la acompaño hasta la salida del centro.

-Esta tarde te llamaré para ver cómo te encuentras – posó sus carnosos labios sobre los de ella.

Tras varios minutos de caminata llegó a su calle. Conforme se acercaba a su casa se dio cuenta de que había alguien apoyado en su puerta.

Un chico.

Oh no. Habría reconocido aquellos cabellos dorados como el sol y aquella sonrisa burlona.

-¿Qué haces aquí?

-¿Qué pasa preciosa? – preguntó mientras se quitaba las gafas de sol. ¿No te alegras de verme?

-Contesta.

-Tranquila preciosa. Sólo quería verte.

-Perfecto, ya puedes irte entonces.

-Espera… - Dimitri la sujetó por los hombros y clavó sus ojos esmeralda en ella – déjame estar contigo un rato. Además… - le rozó el lóbulo de la oreja con los labios – sé que no quieres que me vaya.

Le pasó una mano por la nuca y comenzó a besarla. Poco a poco sus cuerpos se calentaban y el ambiente se caldeaba. Dimitri le metió una mano por debajo de la camiseta y entonces ella reaccionó.

-Quieto. Nos va a ver, además mi madre está en casa y puede salir en cualquier momento…

-Está bien. Pero como no quiero que te quedes con las ganas puedes llamarme esta noche. La estaré esperando.

Y Dimitri se fue.

Fin del capítulo 43.

domingo, 3 de octubre de 2010

CAPÍTULO 42: CULPA

Una vez arriba se sentaron al lado de sus respectivas parejas. Tras un breve espacio de tiempo Derek dijo que tenía que marcharse ya a su casa por lo que Lis también abandonó el lugar.

Por el camino, Derek no paraba de hablar. Estaba tan inmerso en su charla que ni siquiera se percató de que ella no le escuchaba.

Lis no podía dejar de pensar en lo que había hecho. ¿Cómo pudo ser capaz? Había encontrado a un chico maravilloso que la quería. No podía pedir nada más. Y sin embargo a la primera oportunidad que se le había presentado con Dimitri…

Sabía que no debía contarle nada a Derek. Pero ¿sería capaz de mantener el secreto? Tendría que hacerlo, o al menos, intentarlo.

-Lis ¿me estas escuchando?

-¿eh? Perdón me he distraído. Lo siento.

-No pasa nada. Ya hemos llegado a tu casa.

-Bueno pues… hasta otro día.

-Espera… sentémonos un poco en el portal – rogó Derek.

Lis tras dudar unos segundos accedió. Se sentó junto a él, cruzó los brazos sobre su regazo y esperó a que él hablara.

-Lis… quiero decirte que eres la chica más maravillosa que se me a cruzado jamás en la vida y… - Derek tomó una de las manos de Lis y la acarició tiernamente –…espero que nunca me dejes.

-Yo… no sé qué decir…

-No hace falta que digas nada…

Derek se acercó a Lis y le dio un suave beso en los labios. Cuando se separó ella se levantó rápidamente y despidiéndose con un leve movimiento de la mano entró en la casa.

Subió las escaleras sin hacer ruido y cerró la puerta de su cuarto. Allí, en la soledad de su cuarto sacó toda la angustia que llevaba dentro en forma de lágrimas. Sin separar la espalda de la puerta se sentó en el suelo y se hizo un ovillo, agarrándose las piernas flexionadas con las manos y hundiendo su cara entre las rodillas.

Y empezó a pensar…

Tenía lo que quería. Un chico guapo, fuerte, que la hacía reír y con el que se sentía muy cómoda. Y sobre todo que la quería. Y en una noche había cambiado todo eso por otro chico. Por uno que sólo la quería como pasatiempo. Para usarla un rato y luego despreciarla. Un egoísta que un día se cruzó en su camino y que ahora la había hecho tropezar.

Se sentía fatal. Sus lágrimas empapaban su cara y sus cabellos. Temblaba. Tenía un nudo en la garganta que la oprimía y no la dejaba respirar. Y como le dolía el pecho. Un dolor que atenazaba y oprimía su corazón.

¿Cómo cargar con todo esto? ¿Cómo seguir con una persona a la que no merecía y había traicionado?

Tras llevar una hora así su cuerpo comenzó a dolerle, indicándole que no estaba en una postura muy cómoda. Había perdido la noción del tiempo. Se puso el pijama y se acostó. Mañana sería otro día.

Fin del capítulo 42

lunes, 20 de septiembre de 2010

CAPÍTULO 41 : LA VENTANA INDISCRETA

Celeste bajó las escaleras tranquilamente. Sin prisa. Cuando llegó a la puerta del baño se quedó quieta, mirándola. Acercó la mano al pomo y lo giró. No se abría. Lo volvió girar fuertemente mientras empujaba con el hombro. Nada. Como última opción le dio una patada. La puerta seguía sin abrirse. Frustrada y enfurecida salió a la calle. El aire le acariciaba la cara y hacía volar sus cabellos. Sacó de su bolsillo un porro que tenía ya listo y se lo encendió.

Mientras en el baño…

-¿Qué habrá sido eso? – comentó Lis extrañada.

-No lo sé… pero no vamos a dejar que nos arruine la fiesta ¿verdad preciosa?

Dimitri volvió a empujar a Lis. Los dos se movían arriba y abajo rítmicamente, entrechocando sus cuerpos cubiertos de sudor y reprimiendo gritos para que nadie les descubriera.

Celeste dio una calada y fue a mirar por la ventana del baño que daba al exterior. La ventana estaba cubierta de polvo ya que nunca se limpiaban por fuera. Quitó la suciedad con su mano izquierda y escrutó el interior.

Se topó con la imagen de dos cuerpos desnudos, moviéndose frenéticamente sin descanso.

Se quedó allí observando un rato, luego dio media vuelta y desando el camino. Entró por la puerta, miró a sus amigos y dijo:

-¡Están follando! – dio otra calada y se sentó en su sillón.

Lara y Derek se miraron fijamente durante unos minutos y se echaron a reír. ¡Qué cosas tenía Celeste!

-Deja de fumar anda que ya no sabes ni lo que dices.

Lis y Dimitri ya habían terminado. Él se estaba poniendo bien los pantalones y ella arreglándose el pelo.

-¿Se lo vas a decir al melenudo?

Lis miro el reflejo de Dimitri en el espejo mientras se daba los últimos retoques a su cabello. ¿Se lo iba a decir? No… no podía hacerlo. ¿Cómo explicarle que le había cambiado por otro? Y encima por Dimitri. No. No se lo diría.

-¿Lis?

-No… no puedo decírselo. Sería un golpe muy duro.

-Claro pobrecito – dijo Dimitri sarcásticamente.

-Y tú... – Lis le agarró por el cuello de la camiseta - ¡Tu no se lo dirás!

-Vale, vale. ¡Suéltame!

-Ahora volvamos a arriba. Nos estarán esperando.

-Claro preciosa.

Fin del capítulo 41

lunes, 13 de septiembre de 2010

CAPÍTULO 40: MENTE Vs CUERPO

Dimitri se acercó a Lis. La excitación crecía cuanto más se le acercaba.

-Mira, acércate – dijo Dimitri -. ¿Ves como intenta salirse del calzoncillo?

Luego se la sacó y comenzó a acariciársela lentamente. Lis le contemplaba sin decir una palabra.

En ese momento Dimitri rozó su glande en la boca de Lis y le recorrió lentamente los labios.

Lis no sabía qué hacer. Su mente le decía que no. Que tenía que salir corriendo de allí. Pero su cuerpo no quería marcharse. Le anhelaba. Deseaba experimentar la misma pasión que le ofreció el día que estuvo en su casa. Y el cuerpo venció a la mente. Lis movió la boca y atrapó el miembro de Dimitri, apretándolo con fuerza entre sus labios.

-¡Quieta! – Dimitri se la sacó de la boca rápidamente -. ¿Me has oído decirte que tú dominarías la situación? Levántate.

Lis obedeció sin rechistar. Dimitri la levantó tirándole de las manos. Le quitó los pantalones y la ropa interior. Besó a Lis con pasión, acariciando su cuerpo con las yemas de los dedos. Lis saltó y se enganchó a la cadera de él formando una fuerte tenaza con sus piernas. Y en ese momento los dos comenzaron a moverse rítmicamente.

Entre tanto, arriba las cosas seguían igual. Celeste sentada en su sillón y Derek y Lara charlando amigablemente ajenos a todo lo que estaba ocurriendo bajo sus pies.

-… y así es como conocí a Lis.

-Me alegro de que la conocieras. Parece una chica muy buena. Perdona pero tengo que ir al baño.

-Claro.

Lara se levantó y bajó las escaleras. Necesitaba refrescarse un poco pero para su sorpresa el baño estaba cerrado.

Tras varios intentos frustrados volvió a subir las escaleras e informó a Celeste de su situación. El baño estaba cerrado y no había nadie dentro.

Fin del capítulo 40

viernes, 20 de agosto de 2010

CAPÍTULO 39: ENCUENTRO A SOLAS

Llevaban más de dos horas allí. Celeste seguía a su ritmo cambiando una y otra vez los discos del radiocasete. La cosa entre Derek y Dimitri poco a poco se había ido destensando. Lis se levantó del sofá para ir al baño. Derek ni siquiera se dio cuenta al estar muy interesando en la conversación que tenía con Lara.

Lis bajo al baño para refrescarse la cara y la nuca. Todo le daba vueltas ay casi no sabía ni donde se encontraba. De repente oyó pasos en escalera. Alguien se acercaba. Su mente estaba muy embotada debido a la masiva ingesta de alcohol y marihuana por lo que no podía pensar con claridad. Cuando la figura que se aproximaba a ella se situó debajo del foco el terror de Lis desapareció.

-¡Joder! Que susto me has dado Dimitri. Ni se te ocurra volverá acercarte a mí de esa manera.

-Tranquila preciosa – le dijo mientras se acercaba a ella y le posaba una de sus manos en la cara -, sabes qué nunca me portaría mal contigo ni te haría daño.

-Si claro. Por eso te estabas liando antes con esa zorra pelirroja – Lis dio rienda suelta a su enfado.

-¿Tienes envidia?

-¿Envidia? ¡Ja! ¿Acaso crees que podría sentir envidia teniendo a Derek junto a mí?

-¿A ese melenudo? Pensaba que te gustaban más otro tipo de chicos. Seguro… - Dimitri acorraló a Lis haciendo que se apoyase contra la pared y colocándole sus fuertes brazos a cada lado de su cabeza – seguro que él no te puede hacer disfrutar como yo.

Dimitri bajó una de sus manos hasta el trasero de Lis y la cerró fuertemente. Luego hizo lo mismo con la otra para apretarla contra él todo lo posible. Y comenzó a morderle los hombros.

-Para… - suplica Lis -, si Derek se entera...

-No se enterará. Está hablando con Lara – comenzó a tocarle los pechos – además, sé que me deseas. ¿Verdad zorrita? No puedes resistirte a mí.

-¿Zorrita? – Lis intento que su voz sonara enfadada pero no lo consiguió. Su excitación le traicionó.

-Es lo que eres cuando estás conmigo.

-No.

¿No? Déjame que te lo demuestre.

Dimitri posó sus dos manos encima de los hombros de Lis y la empujo hasta que consiguió que se arrodillara. Fue soltándose poco a poco los tres botones del pantalón y dejó que cayeran al suelo. Lis estaba en una situación realmente difícil. Derek podía bajar en cualquier momento. Pero… ¿cómo negarse a lo que Dimitri le ofrecía? Estaba de pie frente a ella, con los pantalones bajados, luciendo un imponente miembro que quería salir de esos bóxers negros que le tenían aprisionado. Y el deseo pudo con ella. Pero cuando acercó sus manos a la cintura de Dimitri, éste se lo impidió. Le cogió las muñecas y elevó sus brazos de tal manera que Lis no podía echarse hacia delante.

-No te lo voy a poner tan fácil preciosa – dijo con una sonrisa en los labios.

Fin del capítulo 39

miércoles, 18 de agosto de 2010

CAPÍTULO 38: BATALLA DE CELOS

Lis no podía llegar a creérselo. Estaba metida en la misma habitación con ellos dos. ¿Y si no se podían controlar? ¿Y si uno de ellos saltaba sobre el otro como ya había ocurrido anteriormente? Sería una catástrofe.

-Bueno chicos pero que no me habéis contestado – protesta Celeste.

-¿Eh? ¿Qué? – pregunta Derek totalmente desorientado. Se nota que está bastante tenso.

-¿Ardiente pasión y erótico resultado? – Celeste suelta una risita al terminar la frase.

Derek no sabía si debía contestar. ¿Y si su respuesta desencadenaba en algo gordo?

-¿Qué te pasa tío? ¿No has hecho nada o es que ha sido tan penoso que hasta te cuesta reconocerlo? – le pincha Dimitri.

-Bueno… ya que veo que lo queréis saber os lo contare. Si Celeste hemos tenido ardiente pasión. ¿Y el resultado? Inmejorable.

La última palabra quedó flotando en el ambiente. Derek se volvió hacia Lis cuando se percató de que se tensaba a su lado.

-¿Qué te pasa? – le susurró al oído.

-No me gusta la cara que ha puesto a tu contestación. Temo que pueda contar todo.

-Pues bien por ti chaval - espetó Dimitri.

-Que pasa. ¿Te jode o qué?

La situación se estaba poniendo demasiado tensa. La posición de los dos chicos era altiva y desafiante. Parecían dos leones a punto de abalanzarse a por su presa.

-¡Tíos! Traaanquilos. Vamos todos a fumar y a beber un rato que os veo demasiado tensos.

Dicho esto, Celeste se levantó del sillón, abrió un armario y saco varias botellas de vodka, whisky y ron. Luego fue a la cocina a por vasos y una bolsa de hielo que guardaba siempre para ocasiones como esta.

-Lo que no tengo es nada para mezclar con el alcohol. Así que a palo seco.

-¿Pero cómo vamos a ponernos a beber a palo seco…? - empezó a protestar Lara.

-¡Porque lo digo yo!

Una vez servidos, Dimitri y Lara comenzaron a liarse. El ruso quería que Lis viera cómo se liaba con otra. Que sufriera por preferir a ese melenudo y no quedarse con él. Acariciaba a Lara despacio pero con firmeza, sin dejarse ninguna parte de su cuerpo.

Al cabo de unos minutos Lis estaba más que harta. Comenzó a hacer lo mismo que Dimitri.

Era una batalla de celos. Las dos parejas se acariciaban y besaban como si fuese el último día que se fueran a ver.

Cuando Celeste terminó de liar el porro se lo fueron pasando entre todos. Y después otro y otro… Y por supuesto entre calada y calada un buen trago al vaso que todos habían colocado al lado de sus pies en el suelo.

El alcohol y los porros empezaban a hacer sus efectos. Y cuando dos personas los sufren pueden pasar muchas cosas…

Fin del capítulo 38

viernes, 13 de agosto de 2010

CAPÍTULO 37: ESTO SI ES UNA SORPRESA

Cuando Celeste llegó al salón encontró a sus dos amigos liándose. Al notar su presencia pararon.

-Traaanquilos seguid a lo vuestro, yo como si no estuviera – y se puso a toquitear su móvil.

Mientras tanto Derek y Lis seguían en la cama intentando asimilar lo que había pasado.

-Dios mío… esto ha sido totalmente surrealista – dijo Derek.

-Sí… sobre todo cuando Celeste se ha quedado quieta mirando. ¡A sido lo más vergonzoso que me ha pasado en la vida!

-Bueno pero… ¿seguimos? – propuso Derek mientras le acariciaba el brazo.

-No se… ¿y si vuelven a subir? Ahora me ha dado tiempo de apartarme pero si hiciéramos algo más gordo…

-Na tranquila. Seguro que no van a volver. Ya han subido y con una vez les es suficiente.

-Pero…

-Ya basta de peros. Solo quiero hacerte mía de una vez por todas.

Derek se acerca a Lis para besarla. La estrecha entre sus brazos y se coloca encima. Sin parar de besarla y de mirarla la penetró sin brusquedad mientras se movía lentamente. Lis acompasó su ritmo al de él y comenzó a gemir notando como Derek entraba y salía de su interior. Al cabo de hora y media bajaron al salón a reunirse con los demás.

Bajaron las escaleras y se sentaron en el sofá que tenían enfrente. La habitación estaba igual salvo que ahora había dos personas más. Una chica pelirroja que se estaba enrollando con un chico rubio al que no le veían la cara desde el ángulo que le estaban mirando. Celeste en una esquina sentada en un sillón y con los pies apoyados en otro toquiteaba el radiocasete. Al final se decidió por la canción “Loco en el coco” de Cypress Hill.

http://www.youtube.com/watch?v=FgfnaPDAr2M

-¿Qué, ardiente pasión y erótico resultado? – les preguntó a los recién llegados.

Al escuchar esto Lara y su acompañante tuvieron que parar para soltar una carcajada. Al ver por fin la cara del chico Lis y Derek se quedaron petrificados. El chico rubio de ojos verdes era Dimitri.

Celeste sin percibir la tensión en el ambiente que se acababa de formar no se le ocurrió otra cosa que presentar a su amiga.

Fin del capítulo 37

jueves, 12 de agosto de 2010

CAPÍTULO 36: ¿LES ABRIMOS LA PUERTA?

Tras haber retirado el papel de periódico de la cama y llevar un rato dedicándose carantoñas, Derek se dio cuenta de que Lis miraba por encima de su hombro.

-¿Qué pasa? – dijo Derek un poco inquieto.

-Me siento demasiado incómoda para continuar.

-¿Por qué?

Lis señaló hacia donde estaba el muñeco hinchable. Derek siguió con la mirada la dirección que ella le marcaba y lo comprendió. Era imposible hacer nada con eso mirando. Él se levantó y lo quitó de la silla.

-¿Así mejor? – dijo Derek con una sonrisa.

Éste obtuvo por respuesta un empujón hacia la cama y un ardiente beso. Cuando Derek salió de su asombre, miró hacia abajo y vio como Lis le iba levantando lentamente la camiseta y le daba besos suavemente por el abdomen. Cuando logró quitarle la camiseta, Derek hizo lo mismo con la de ella y comenzó a darle mordisquitos en el cuello. Después empezó a lamerle los pechos y a apretar uno de sus pezones entre sus labios. El miembro de Derek comenzaba a hacer presión entre las piernas de Lis Fue desabrochándole cada vez con más rapidez los botones del vaquero. Se los quitó fuertemente y sin pudor alguno. En un arrebato de pasión le enganchó la tira del tanga con los dientes y al intentar quitárselo se lo arrancó.

Lis se abalanzó sobre él, lo tiro de espaldas contra la cama, se puso encima y le susurró al oído:

-Vas a desear que esta noche no termine nunca.

Acabó de desnudarle y situó su cabeza a la altura de la cadera de Derek y le miró el miembro lascivamente mientras se mordisqueaba el labio inferior. En ese momento Derek sintió una oleada de calor por todo su cuerpo y no pudo evitar empujar la cabeza de ella contra su foco de calor. Al cabo de un tiempo Lis intentó zafarse ya que le estaban empezando a llorar los ojos de la presión que sentía en el fondo de su garganta. Una vez liberada comenzó a lamerle los testículos mientras con una de sus manos le masturbaba frenéticamente.

Aunque ellos no le dieran mucha importancia se empezaron a oír ruidos en la parte de debajo de la casa.

Celeste, Lara y el chico rubio de ojos verdes comenzaron a subir por la escalera entre risas y cuchicheos. Cuando llegaron al final corrieron a meterse a la habitación contigua. Entonces Celeste, afectada por las medicinas que no se vendes en farmacia legar se chocó contra la pared, ocasionando bastante ruido y las carcajadas sofocadas de los demás.

-¿Les abrimos la fuerte? – dijo Celeste toda efusiva.

-No jodas, déjales que hagan sus cosas… - dijo el chico.

-A la tira no, vamos a abrirles – replicó Lara.

Y Celeste que no necesitaba muchos ánimos para decidirse, abrió la puerta.

-¿Ha habido mambo o no?

A los dos restantes ni siquiera les dio tiempo a mirar dentro ya que cuando vieron que su compañera hacía mención de abrir la puerta empezaron a correr escaleras abajo.

Celeste dio una calada a su canuto y tras echar el humo dentro de la habitación cerró la puerta y se fue.

Fin del capítulo 36

miércoles, 11 de agosto de 2010

CAPÍTULO 35: DETRÁS DE LA PUERTA BLANCA… ¡SORPRESA!



Las paredes de la habitación estaban pintadas de blanco. En el centro del cuarto había una cama con un edredón verde. Encima de éste habían colocado un corazón hecho con papel de periódico. En una silla contigua a la cama había un muñeco hinchable. Y para terminar, en una de las mesillas habían sustituido la bombilla normal de una de las lámparas por una de color rojo.

-¿Y tú eras el que me decía que no estuviera nerviosa? Que seguro que no era nada… ¡Pero qué vergüenza!

-Bueno pues supongo que ya que nos han preparado todo esto no les podemos hacer el feo ¿no?

-¿Derek? – dice Lis medio escandalizada.

-¿Qué pasa? – Derek se acerca a Lis -. No me digas que no tienes la tentación de probarlo…- acerca sus labios al cuello de Lis y comienza a besarla.

-Es que… Lis pierde el hilo de lo que iba a decir cuando los besos se convierten en pequeños mordiscos.

-¿Si? – dice juguetón.

-Que mejo si seguimos en la cama ¿no te parece?

Derek suelta una carcajada y empuja a Lis sobre la cama.

Y mientras tanto Celeste decide llamar a unos amigos para no quedarse sola mientras la pareja está arriba. Saca su móvil y hace un par de llamadas. Tras pasar unos 10 minutos llaman a la puerta.

Es una chica de cabellos rizados y teñidos de rojo fuego. No es tan delgada como Celeste pero también es muy atractiva, además sus generosos pechos son un punto a su favor bastante grande.

-Hola Lara. ¿Qué tal?

-Muy bien ¿y tú?

-Genial. ¡Hostia! Derek está arriba con una chica.

-¡¿No jodas?! – Pues a ver si bajan y así la conozco. Una cosa… ¿Te importaría que invitara al chico con el que me estoy liando? Es que sino no se a donde ir…

-¡Claro! Llámalo, yo ya sabes que no me importa.

Al cabo de un rato…

¡Toc, toc!

-Ya abro yo – die Lara.

-Vale, así yo me voy liando un porro.

Era el chico que estaba enrollado con Lara. Un chico alto y fuerte. Con el pelo rubio y los ojos verdes.

Tras las presentaciones pertinentes se sientan en un sofá y comienzan a charlar todos animadamente. De repente a Celeste se le ocurre una cosa.

-¡Tíos! – Exclama como accionada por un resorte -. ¿Subimos a ver que hacen?

-¡Si, si! Pero espérate un poco que todavía no habrán empezado a hacer nada.

-Esto… ¿sabéis que no me estoy enterando de nada verdad?

-Que un amigo nuestro está arriba con una chica y queremos subir a espiar – explica Celeste.

-En ese caso me uno.

-Perfecto – sentencia Lara.

Fin del capítulo 35

martes, 10 de agosto de 2010

CAPÍTULO 34: PASAD A VER LA SORPESA

A la hora acordada Lis salió de su casa. Se quedó en la puerta escudriñando las sombras hasta que dio con lo que buscaba.

Un chico moreno con melena, apoyado en una farola que la miraba con ojos tiernos y con una cálida sonrisa en los labios.

-Buenas noches guapísima.

-Buenas noches – contestó Lis con voz nerviosa.

-¿Estas nerviosa?

-La verdad es que un poco sí. No sé que puede ser esa sorpresa que nos prometió Celeste.

-Bah tranquila. No creo que sea nada malo – Derek le guiña un ojo para intentar relajarla.

-Vale – dice Lis mostrando una sonrisa enorme.

Había una luna llena preciosa que iluminaba el camino de los dos chicos. Los haces luminosos otorgaban a la situación un toque romántico. Dos adolescentes paseando juntos por calles silenciosas y adornadas con maceteros negros que albergaban rosales en su interior.

-Ya hemos llegado.

Estaban frente a una cochera. Las paredes de la casa estaban pintadas de un color amarillo huevo que con el paso de los años las inclemencias del tiempo habían hecho que se volvieran de un tono amarillo desvaído. La puerta era de metal, pintada de color negro pero con cercos de óxido en algunos lugares. Derek llamó al a puerta un par de veces. Celeste le abrió y los invitó a entrar. La estancia era bastante grande. Tenía dos sofás de tres plazas y cinco sillas. Las paredes estaban pintadas con estampado de cebra rosa y negro. ¡Era increíble! Lis y Derek se fueron a sentar en uno de los sofás cuando Celeste se lo impidió.

-No, no. De sentarse nada. Haced el favor de subir por esas escaleras y meteos en la habitación de la puerta blanca. Ahí os espera la sorpresa.- terminó la frase soltando una risita picarona.

Acatando la orden de Celeste, subieron las escaleras y se plantaron delante de la puerta blanca. Derek puso una mano en el pomo de la puerta y volvió su cabeza para mirar a Lis.

-¿Preparada?

-Uff… sinceramente no sabría que decirte la verdad…

-Todavía sigues nerviosa ¿Verdad?

-Sí.

Tranquila ya sabes que no muerdo, aunque… - se muerde el labio inferior – si me lo propongo puedo hacerlo… - Derek se inclina para darle un mordisquito juguetón en el cuello.

-Para…espera al menos a que entremos…

Vale.

Derek gira el pomo, abre la puerta y enciende la luz. La imagen que se les aparece les deja con la boca abierta.

Fin del capítulo 34

viernes, 6 de agosto de 2010

CAPÍTULO 33: CELESTE

La mañana siguiente pasó sin ningún contratiempo. Por la tarde Lis había quedado con Derek para tomar algo y charlar. La sorpresa vino cuando Lis se dio cuenta de que Derek no estaba solo en la mesa como ella esperaba.

Le acompañaba una chica de su misma edad. Llevaba la larga melena morena suelta adornada con varias rastas de distintos tamaños. Su atuendo consistía en unos vaqueros anchos que no se le bajaban gracias a un cinturón negro básico y una camiseta de tirantes negra. Llevaba un piercing en la nariz en forma de aro y otro en la ceja.

Los dos mantenían una conversación bastante animada cuando Lis llegó hasta ellos.

-Hola Lis – la sonrisa de Derek era enorme -. Te presento a Celeste.

-Encantada – dijeron las dos al unísono.

Se sentaron los tres y se pusieron a hablar de cosas triviales. Al principio a Lis no le caía muy bien celeste. Entre las pintas que llevaba, la manera de hablar que tenía y encima… ¡se estaba liando un porro en medio del bar!

Pero conforme la fue conociendo se dio cuenta de que era una chica estupenda.

-Tíos tenéis que veniros a mi peña esta noche – dijo Celeste entre calada y calada -. Nos lo pasaremos de puta madre.

-Esto… no se Ces, igual a Lis no le apetece…

-No, tranquilo. Iré encantada. ¿Quedamos para ir juntos Derek?

-Si claro.

-Bueno pues yo me abro. Os espero esta noche. Os montaremos una sorpresita je je je – dice emocionada mientras me guiña un ojo -. ¡Será acojonante!

Se da la vuelta y se marcha sin dar tiempo a ninguna réplica por parte de los otros dos.

-Bueno guapa nos vemos después de cenar. Te paso a buscar – era claramente una afirmación y no una pregunta -. Adiós.

-Adiós.

Lis se dirige a su casa intrigada.

¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?

Fin del capítulo 33

jueves, 22 de julio de 2010

CAPÍTULO 32 - FIN DE FIESTA

Alertados por el escándalo que parecía provenir de la entrada del bar, se vistieron y se fueron a ver qué era lo que estaba pasando y porque había tanto alboroto.

Y En frente de la puerta se había formado un círculo de chicos y chicas de entre 17 y 20 años. Todos gritaban y aplaudían para animar y para que el jaleo fuera mayor.

Intrigados, se acercaron a la multitud. Dentro del círculo había una chica morena, con una melena larga que le caía como una cascada por la espalda, vestida con unos pantalones de cuero y una camiseta negra con unas letras rojas escritas en inglés. Y sobre todo, lo más aterrador era su mirada, dura y fría.

En frente de ella había un chico menudo, más bien flacucho, de estos que les miras y te caen mal.

Y no les había casi dado tiempo a procesar la información cuando la chica le dio un puñetazo en toda la cara. El chico cayó de rodillas al suelo y le empezó a sangrar profusamente la nariz.

Viendo el plan que había, Derek decidió acompañar a Lis a su casa.

-Vamos, te acompaño a casa antes de que esto se ponga feo.

-Vale, mejor – le agarró de la cintura y comenzaron a andar.

El trayecto les pareció corto. Querían hablar de tantas cosas…

Cuando llegaron a la casa de Lis estuvieron un rato más sentados en el escalón de entrada, terminando el tema de conversación e intercalaban besos y caricias.

-Creo que debería entrar ya, se ha hecho tarde – dijo Lis apesadumbrada.

-Está bien. Nos vemos.

Si – y le dio un beso a Derek antes de desaparecer por la puerta.

Derek se quedo allí unos segundos, pensando. Le resultaba bastante increíble. Incluso le salía una sonrisa involuntaria de la felicidad que sentía. Y en esto estaba pensando cuando llegó a su casa.

Mañana será otro día y aunque sea peor que hoy lo que importa es pensar en lo vivido, que se superpone a todo lo demás.

Y con esta frase en la mente Derek se sumió en un profundo sueño.