Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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jueves, 11 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 46: AHORA, SOLO QUEDA ESPERAR

Lis estaba emocionada. Aquella mañana estaba radiante. Lástima que Derek no sintiera ese mismo entusiasmo. Cuando la vio entrar y hablar tan eufóricamente con sus amigas se acercó a ella y la tomó por el brazo para que se volviera.

-¿Por qué no me cogiste el teléfono ayer? – Le preguntó en un tono poco afable.

Eso a Lis la disgustó y le contestó molesta.

-Estaba ocupada.

¿Tan ocupada como para no poder contestar?

-Sí. Tenía mucha materia atrasada y necesitaba avanzar. No disponía de tiempo paran nada más – sentenció Lis.

Derek viéndose derrotado se marchó a su sitio y no le dirigió la palabra en todo el día.

Las clases se le hacían eternas. El reloj no avanzaba. No prestó atención a ninguna de ellas, su mente trabajaba sin cesar para buscar una manera con la que sorprenderle. De vez en cuando levantaba la mirada de su libro i veía como Derek la observaba detenidamente, con los labios fruncidos en una delgada línea, intentado descubrir esa felicidad que se reflejaba en su rostro y el desplante del día anterior.

Y, cuando se disponía a saludarle, él se limitaba a volver la cara para no tener que cruzar una palabra con ella.

¡RIIIIING!

Recreo.

¡Al fin! Un poco de tiempo de descanso no le vendría mal. Luego vuelta a clase y otra vez a lo mismo.

Después de varias horas eternas por fin las clases llegaron a su final.

Lis se despidió rápidamente de sus amigas, recogió sus cosas y corrió calle abajo como alma que lleva el diablo. Temía que ya estuviera en su portal esperándola, pero para su alivio no fue así.

Entró en casa, dejó la mochila en su cuarto y se comió los macarrones con la mayor rapidez de la que fue capaz. Una vez recogido todo volvió a su habitación para prepararse.

¿Qué me pongo?

Y haciendo memoria recordó que sus amigas para su anterior cumpleaños le regalaron un conjunto de ropa interior. Se abalanzó sobre la mesilla como un lobo hambriento se lanza a por una oveja indefensa. Buscó y rebuscó hasta dar con él. SE despojó de todas sus ropas, se puso el conjunto y se miró al espejo.

Era un sujetador de encaje de color negro. Totalmente transparente adornado con unos dibujos en forma de rosas. La parte de abajo era un tanga de tira fina, también negra y semitransparente pero esta vez adornado con un lacito morado de raso.

Para no coger frío mientras esperaba se puso encima una bata de leopardo blanco que le llegaba a la altura de los muslos. El pelo suelto cayendo de forma desordenada por los hombros. Estaba lista.

Ahora, solo quedaba esperar.

Fin del capítulo 46

jueves, 4 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 45: CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

♦♦

Un toque, dos toques, tres toques…

-Hola preciosa. Estaba esperando tu llamada.

-Tu espera ya ha finalizado.

-¿Qué llevas puesto?

-Directo al grano ¿eh?

-No me gusta hacerme esperar.

-Ya lo veo.

-Todavía no has contestado a mi pregunta.

-Una toalla blanca. Aún llevo el pelo mojado y no quiero empapar la ropa. Y tú?

-Nada.

La palabra quedo flotando en la línea.

-¿Qué estabas haciendo antes de llamarme?

-Leer.

-Si estuviera allí no tendrías que haber cogido el libro.

-¿Por?

-Porque yo te mantendría ocupada.

-¿Y cómo estás tan seguro?

-Porque sé que me deseas y que no podrías resistirte a mí. Porque me pondría encima de ti y te quitaría la toalla mientras te muerdo el hombro.

Silencio al otro lado de la línea.

-¿Y ese silencio?

Sigue por favor… - no podía creerse que le suplicara aquello.

-Claro preciosa. Tus deseos son órdenes para mí – Dimitri continuó con su relato -. Tiraría la toalla fuera de la cama para que no nos molestara. Te separaría las piernas para poder estar más cerca de ti, para notar el calor que emana de tu interior. Acercaría mi boca a tu oído y recorrería tu desnudez con manos anhelantes mientras te susurro todo lo que voy a hacerte en cada momento para crear en ti un deseo irrefrenable.

La humedad procedente de mi atracción sobre ti mojaría poco a poco tus muslos, invitándome a bajar mi cabeza y rozar tus piernas con mi lengua para probar ese néctar que mana de tu interior.

-¿Qué pretendes conseguir con esto?

-Que te masturbes, que me pidas que vaya a tu casa y que te haga todo lo que te he contado.

-Ven mañana a mi casa, estoy todo el día sola. Así podre sentir todo lo que me prometes.

-Si de verdad quieres que vaya quiero oírte gemir, quiero oír que me deseas y que no puedes esperar.

Lis deslizó su mano izquierda hacia su entrepierna y noto como se empapaba a los pocos segundos. Comenzó a emitir unos les ves gemidos y a pedir a Dimitri que fuera a su casa al día siguiente.

-Vale me has convencido. Mañana después de comer. Estate preparada.

La línea se cortó.

Fin del capítulo 45.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 44 - LLAMANDO...

La Inquisición española nació en 1497 de mano de los Reyes Católicos para…

Dimitri….

Estudiar era inútil. Ni siquiera leyendo el tema que más le gustaba conseguía dejar de pensar en él, en sus ojos verdes, en sus labios…

Tras mucho pensar y sopesar sus opciones llegó a la conclusión de que no podía estar sufriendo por Derek. Ni siquiera era su novio. Era cierto que le gustaba pero era distinto a lo que sentía por Dimitri.

Derek era tranquilo, cariñoso y atento. Dimitri por el contrario era ardiente, apasionado y feroz. Las dos caras de una moneda. Totalmente opuestos.

¿La solución? Sencilla.

Estaría con los dos a la vez. Lo que uno no podía darle lo obtendría del otro.

Una vez tomada la decisión y con la mente despejada se dirigió al baño para darse una ducha.

Mientras se calentaba el agua Lis se miró al espejo. Su larga melena pelirroja caía sobre su espalda como la lava se desliza por la ladera de un volcán tras su erupción. Algunos mechones se habían deslizado por su cuello tapando sus desnudos pechos. Sus ojos escrutaban cada detalle de su anatomía, intentando descubrir en vano cuales eran los encantos que hacían despertar esos sentimientos en aquellos dos seres del sexo opuesto.

La estancia comenzaba a llenarse de vapor. El agua estaba caliente.

Se metió a la ducha y dejó que el agua mojara sus cabellos y recorriera cada centímetro de su cuerpo. Se cubrió de espuma y enjabonó su pelo con champú de frambuesa.

Al salir estaba completamente relajada. Cubrió su cuerpo con una toalla blanca, se desenredó el pelo y fue a su cuarto. Una vez allí escogió uno de sus libros favoritos y tumbada en la cama comenzó a leer hasta que la vibración de su móvil la sobresaltó.


Presionó el botón de colgar y rechazó la llamada.

No le apetecía mantener una conversación en la que el tema principal girara entorno a ella y a su estado de ánimo que tan distinto era ahora.

La conversación que quería mantener era muy distinta. Ya sabía quién podía proporcionársela. Cogió su móvil y marcó.


Fin del capítulo 44

lunes, 1 de noviembre de 2010

CAPÍTULO 43: LA ESTARÉ ESPERANDO

A la mañana siguiente Lis se levantó con un dolor de cabeza horrible. El haber estado llorando la noche pasada le había pasado factura. Se incorporó y sentó en el borde de la cama. Al estirarse, un dolor agudo le recorrió todo su cuerpo, desde la nuca hasta las puntas de los pies.

-Uff… No pienso volver a estar mucho tiempo de cuclillas en mi vida.

La mañana pasó asombrosamente rápido. Las voces de sus amigas y profesores se oían lejos, amortiguadas. Derek se pasó todo el día comentando el día anterior y cada palabra amable por su parte se hundía en el corazón de Lis como una daga, que hacía que a su corazón volvieran a brotar los momentos pasados con Dimitri. Empezaba a temblar y en su cara se reflejó la tristeza que le atenazaba la garganta.

-Lis ¿te pasa algo? Tienes muy mal aspecto.

-No… he pasado una mala noche eso es todo – intentó impregnar su voz de una alegría que sonó demasiado falsa.

Cuando las clases terminaron, Derek la acompaño hasta la salida del centro.

-Esta tarde te llamaré para ver cómo te encuentras – posó sus carnosos labios sobre los de ella.

Tras varios minutos de caminata llegó a su calle. Conforme se acercaba a su casa se dio cuenta de que había alguien apoyado en su puerta.

Un chico.

Oh no. Habría reconocido aquellos cabellos dorados como el sol y aquella sonrisa burlona.

-¿Qué haces aquí?

-¿Qué pasa preciosa? – preguntó mientras se quitaba las gafas de sol. ¿No te alegras de verme?

-Contesta.

-Tranquila preciosa. Sólo quería verte.

-Perfecto, ya puedes irte entonces.

-Espera… - Dimitri la sujetó por los hombros y clavó sus ojos esmeralda en ella – déjame estar contigo un rato. Además… - le rozó el lóbulo de la oreja con los labios – sé que no quieres que me vaya.

Le pasó una mano por la nuca y comenzó a besarla. Poco a poco sus cuerpos se calentaban y el ambiente se caldeaba. Dimitri le metió una mano por debajo de la camiseta y entonces ella reaccionó.

-Quieto. Nos va a ver, además mi madre está en casa y puede salir en cualquier momento…

-Está bien. Pero como no quiero que te quedes con las ganas puedes llamarme esta noche. La estaré esperando.

Y Dimitri se fue.

Fin del capítulo 43.