A la mañana siguiente Lis se levantó con un dolor de cabeza horrible. El haber estado llorando la noche pasada le había pasado factura. Se incorporó y sentó en el borde de la cama. Al estirarse, un dolor agudo le recorrió todo su cuerpo, desde la nuca hasta las puntas de los pies.
-Uff… No pienso volver a estar mucho tiempo de cuclillas en mi vida.
La mañana pasó asombrosamente rápido. Las voces de sus amigas y profesores se oían lejos, amortiguadas. Derek se pasó todo el día comentando el día anterior y cada palabra amable por su parte se hundía en el corazón de Lis como una daga, que hacía que a su corazón volvieran a brotar los momentos pasados con Dimitri. Empezaba a temblar y en su cara se reflejó la tristeza que le atenazaba la garganta.
-Lis ¿te pasa algo? Tienes muy mal aspecto.
-No… he pasado una mala noche eso es todo – intentó impregnar su voz de una alegría que sonó demasiado falsa.
Cuando las clases terminaron, Derek la acompaño hasta la salida del centro.
-Esta tarde te llamaré para ver cómo te encuentras – posó sus carnosos labios sobre los de ella.
Tras varios minutos de caminata llegó a su calle. Conforme se acercaba a su casa se dio cuenta de que había alguien apoyado en su puerta.
Un chico.
Oh no. Habría reconocido aquellos cabellos dorados como el sol y aquella sonrisa burlona.
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué pasa preciosa? – preguntó mientras se quitaba las gafas de sol. ¿No te alegras de verme?
-Contesta.
-Tranquila preciosa. Sólo quería verte.
-Perfecto, ya puedes irte entonces.
-Espera… - Dimitri la sujetó por los hombros y clavó sus ojos esmeralda en ella – déjame estar contigo un rato. Además… - le rozó el lóbulo de la oreja con los labios – sé que no quieres que me vaya.
Le pasó una mano por la nuca y comenzó a besarla. Poco a poco sus cuerpos se calentaban y el ambiente se caldeaba. Dimitri le metió una mano por debajo de la camiseta y entonces ella reaccionó.
-Quieto. Nos va a ver, además mi madre está en casa y puede salir en cualquier momento…
-Está bien. Pero como no quiero que te quedes con las ganas puedes llamarme esta noche. La estaré esperando.
Y Dimitri se fue.
Fin del capítulo 43.
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