Celeste bajó las escaleras tranquilamente. Sin prisa. Cuando llegó a la puerta del baño se quedó quieta, mirándola. Acercó la mano al pomo y lo giró. No se abría. Lo volvió girar fuertemente mientras empujaba con el hombro. Nada. Como última opción le dio una patada. La puerta seguía sin abrirse. Frustrada y enfurecida salió a la calle. El aire le acariciaba la cara y hacía volar sus cabellos. Sacó de su bolsillo un porro que tenía ya listo y se lo encendió.
Mientras en el baño…
-¿Qué habrá sido eso? – comentó Lis extrañada.
-No lo sé… pero no vamos a dejar que nos arruine la fiesta ¿verdad preciosa?
Dimitri volvió a empujar a Lis. Los dos se movían arriba y abajo rítmicamente, entrechocando sus cuerpos cubiertos de sudor y reprimiendo gritos para que nadie les descubriera.
Celeste dio una calada y fue a mirar por la ventana del baño que daba al exterior. La ventana estaba cubierta de polvo ya que nunca se limpiaban por fuera. Quitó la suciedad con su mano izquierda y escrutó el interior.
Se topó con la imagen de dos cuerpos desnudos, moviéndose frenéticamente sin descanso.
Se quedó allí observando un rato, luego dio media vuelta y desando el camino. Entró por la puerta, miró a sus amigos y dijo:
-¡Están follando! – dio otra calada y se sentó en su sillón.
Lara y Derek se miraron fijamente durante unos minutos y se echaron a reír. ¡Qué cosas tenía Celeste!
-Deja de fumar anda que ya no sabes ni lo que dices.
Lis y Dimitri ya habían terminado. Él se estaba poniendo bien los pantalones y ella arreglándose el pelo.
-¿Se lo vas a decir al melenudo?
Lis miro el reflejo de Dimitri en el espejo mientras se daba los últimos retoques a su cabello. ¿Se lo iba a decir? No… no podía hacerlo. ¿Cómo explicarle que le había cambiado por otro? Y encima por Dimitri. No. No se lo diría.
-¿Lis?
-No… no puedo decírselo. Sería un golpe muy duro.
-Claro pobrecito – dijo Dimitri sarcásticamente.
-Y tú... – Lis le agarró por el cuello de la camiseta - ¡Tu no se lo dirás!
-Vale, vale. ¡Suéltame!
-Ahora volvamos a arriba. Nos estarán esperando.
-Claro preciosa.
Fin del capítulo 41
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