Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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lunes, 20 de septiembre de 2010

CAPÍTULO 41 : LA VENTANA INDISCRETA

Celeste bajó las escaleras tranquilamente. Sin prisa. Cuando llegó a la puerta del baño se quedó quieta, mirándola. Acercó la mano al pomo y lo giró. No se abría. Lo volvió girar fuertemente mientras empujaba con el hombro. Nada. Como última opción le dio una patada. La puerta seguía sin abrirse. Frustrada y enfurecida salió a la calle. El aire le acariciaba la cara y hacía volar sus cabellos. Sacó de su bolsillo un porro que tenía ya listo y se lo encendió.

Mientras en el baño…

-¿Qué habrá sido eso? – comentó Lis extrañada.

-No lo sé… pero no vamos a dejar que nos arruine la fiesta ¿verdad preciosa?

Dimitri volvió a empujar a Lis. Los dos se movían arriba y abajo rítmicamente, entrechocando sus cuerpos cubiertos de sudor y reprimiendo gritos para que nadie les descubriera.

Celeste dio una calada y fue a mirar por la ventana del baño que daba al exterior. La ventana estaba cubierta de polvo ya que nunca se limpiaban por fuera. Quitó la suciedad con su mano izquierda y escrutó el interior.

Se topó con la imagen de dos cuerpos desnudos, moviéndose frenéticamente sin descanso.

Se quedó allí observando un rato, luego dio media vuelta y desando el camino. Entró por la puerta, miró a sus amigos y dijo:

-¡Están follando! – dio otra calada y se sentó en su sillón.

Lara y Derek se miraron fijamente durante unos minutos y se echaron a reír. ¡Qué cosas tenía Celeste!

-Deja de fumar anda que ya no sabes ni lo que dices.

Lis y Dimitri ya habían terminado. Él se estaba poniendo bien los pantalones y ella arreglándose el pelo.

-¿Se lo vas a decir al melenudo?

Lis miro el reflejo de Dimitri en el espejo mientras se daba los últimos retoques a su cabello. ¿Se lo iba a decir? No… no podía hacerlo. ¿Cómo explicarle que le había cambiado por otro? Y encima por Dimitri. No. No se lo diría.

-¿Lis?

-No… no puedo decírselo. Sería un golpe muy duro.

-Claro pobrecito – dijo Dimitri sarcásticamente.

-Y tú... – Lis le agarró por el cuello de la camiseta - ¡Tu no se lo dirás!

-Vale, vale. ¡Suéltame!

-Ahora volvamos a arriba. Nos estarán esperando.

-Claro preciosa.

Fin del capítulo 41

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