Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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martes, 10 de agosto de 2010

CAPÍTULO 34: PASAD A VER LA SORPESA

A la hora acordada Lis salió de su casa. Se quedó en la puerta escudriñando las sombras hasta que dio con lo que buscaba.

Un chico moreno con melena, apoyado en una farola que la miraba con ojos tiernos y con una cálida sonrisa en los labios.

-Buenas noches guapísima.

-Buenas noches – contestó Lis con voz nerviosa.

-¿Estas nerviosa?

-La verdad es que un poco sí. No sé que puede ser esa sorpresa que nos prometió Celeste.

-Bah tranquila. No creo que sea nada malo – Derek le guiña un ojo para intentar relajarla.

-Vale – dice Lis mostrando una sonrisa enorme.

Había una luna llena preciosa que iluminaba el camino de los dos chicos. Los haces luminosos otorgaban a la situación un toque romántico. Dos adolescentes paseando juntos por calles silenciosas y adornadas con maceteros negros que albergaban rosales en su interior.

-Ya hemos llegado.

Estaban frente a una cochera. Las paredes de la casa estaban pintadas de un color amarillo huevo que con el paso de los años las inclemencias del tiempo habían hecho que se volvieran de un tono amarillo desvaído. La puerta era de metal, pintada de color negro pero con cercos de óxido en algunos lugares. Derek llamó al a puerta un par de veces. Celeste le abrió y los invitó a entrar. La estancia era bastante grande. Tenía dos sofás de tres plazas y cinco sillas. Las paredes estaban pintadas con estampado de cebra rosa y negro. ¡Era increíble! Lis y Derek se fueron a sentar en uno de los sofás cuando Celeste se lo impidió.

-No, no. De sentarse nada. Haced el favor de subir por esas escaleras y meteos en la habitación de la puerta blanca. Ahí os espera la sorpresa.- terminó la frase soltando una risita picarona.

Acatando la orden de Celeste, subieron las escaleras y se plantaron delante de la puerta blanca. Derek puso una mano en el pomo de la puerta y volvió su cabeza para mirar a Lis.

-¿Preparada?

-Uff… sinceramente no sabría que decirte la verdad…

-Todavía sigues nerviosa ¿Verdad?

-Sí.

Tranquila ya sabes que no muerdo, aunque… - se muerde el labio inferior – si me lo propongo puedo hacerlo… - Derek se inclina para darle un mordisquito juguetón en el cuello.

-Para…espera al menos a que entremos…

Vale.

Derek gira el pomo, abre la puerta y enciende la luz. La imagen que se les aparece les deja con la boca abierta.

Fin del capítulo 34

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