Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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jueves, 20 de mayo de 2010

CAPÍTULO 25: CONCURSO

¿Concurso de gogos? Perfecto. Así se olvidaría de lo que acaba de ver.

Se fue corriendo hacia la barra, esquivando a todo el que podía, y a los que no, recibían un empujón.

Cuando llegó a la barra, llamó al camarero, se inscribió en el concurso y se pidió un chupito de tequila para ir entrando en calor.

Luego ella y un par de chicas más se subieron a las tres tarimas situadas en el centro de la pista.

-Bueno, llegó la hora de presentar a nuestras fantásticas chicas – informó la voz distorsionada que salía por el altavoz -, a la izquierda Laura, a la derecha Belén y en el centro Lis. Bueno chicas ¿estáis listas?

Cuando la voz que salía del altavoz cesó, volvieron a poner la música y las tres comenzaron a bailar.

Laura y Belén se movían bastante bien pero la que se llevaba todas las miradas del público era Lis. La multitud congregada a su alrededor la animaban y vitoreaban. Ella movía su cuerpo al ritmo de la música tan bien que parecía que hubiera nacido para aquello.

Y por supuesto Dimitri también estaba viendo cómo bailaba subida a aquella tarima y cómo a todos los hombres del lugar se les caía la baba con el contoneo de sus caderas.

Por alguna razón eso no le gustaba, pero no pensaba hacer nada para que aquellos tíos dejaran de mirarla así. Ya se había metido en una bronca por ella hacía poco y no iba a volver a hacer nada parecido. En su lugar se lo pasaría bien con aquella potente rubia que tenía a su lado y que le miraba con deseo.

Acercándose más a la chica y juntando los labios a su oído le dijo:

-Preciosa, voy a darte lo que llevas esperando desde que estás aquí conmigo.

Y sin darle opción a que contestara la cogió de la mano y se la llevó al baño de chicos.

Dimitri empujó a la chica contra los azulejos morados y negros que cubrían la pared del baño. La besó con fuerza mientras le estrujaba los pechos. La rubia se retorcía ante la brusquedad con la que se las apretaba aunque no podía quejarse ya que la lengua de Dimitri inundaba su boca y no parecía que tuviera intención de apartarse.

Aquella noche Dimitri no pensaba ser delicado y mucho menos romántico. Él sabía bien lo que quería y se lo daría sin miramientos.

Fin del capítulo 25

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