No tenía palabras. Se había quedado muerta de la sorpresa. Ahora ya entendía por que todas las tías estaban tan emocionadas con el nuevo. Era comprensible.
El chico era alto. El flequillo le caía un poco por los ojos y la lacia melena le tapaba los hombros. Sus ojos eran de un color marrón chocolate pero cuando les daba el sol que entraba por la ventana parecían dorados ya que se aclaraban.
Era guapísimo. Las proporciones de su cara eran perfectas. Tenía los labios finos pero a la vez lo suficientemente carnosos para que te dieran ganas de besarlos.
Además estaba buenísimo. La camiseta ajustada que levaba dejaba adivinar su pecho escultural. Y los vaqueros le hacían un culo que quitaba el hipo.
Lis estaba alucinada. Se había convertido en otra tía más que babeaba cuando le miraba.
Cuando logró reaccionar empezó a escuchar lo que decía.
-Hola a todos, me llamo Derek- parecía que tenía vergüenza-. Antes de venir aquí, vivía en Inglaterra. Mis padres son de allí.
Cuando terminó esa pequeña presentación volvió a sentarse en su sitio.
A sí que ese era su nombre. Derek.
Sonó la campana.
Todos se levantaron al unísono y salieron casi corriendo de clase.
Solo quedaron en clase Marta, Bea y Lis que tras unos momentos de contemplar al nuevo también se fueron.
Derek se quedó mirándolas. Eran todas guapísimas pero… ¿Quién será esa pelirroja?
Y después de cercenar ese repentino interés también abandono la clase.
Fin del capítulo 11
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