Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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martes, 18 de octubre de 2011

CAPÍTULO 70: SENTADA EN EL BORDE DE LA CAMA

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Paolo la tomó por las muñecas y la dirigió a su cama para que se sentara. Él cogió la silla y del escritorio, la situó frente a ella y se sentó.

Lis estaba nerviosa debido a la situación en la que se encontraba, pero a la vez, le daba mucho morbo. No había albergado ningún pensamiento referido a liarse con su vecino pero por alguna razón no había podido resistirse a espiarle y ahora tampoco había impedido que la llevara hasta su cama. Pensaba que al ser Paolo mucho mayor que ella no tendría ningún interés en ella pero parecía que no era así. Por eso iba a aprovechar la situación y le daría lo que quería.

Se acomodó en el borde de la cama, abrió lentamente las piernas y apoyándose con su mano izquierda echo un poco su cuerpo hacia atrás. Hacía todo esto sin dejar de mirarle a los ojos. Lis se echo la melena hacia atrás y comenzó a acariciarse el cuello con la mano que le quedaba libre. Luego siguió acariciando sus pechos, apretándolos levemente y haciendo círculos alrededor de sus pezones.

A pesar de que Lis no se había quitado prenda alguna la visión resultaba de lo más excitante. Paolo seguía sentado en la silla, con la espalda recostada y las manos sobre las piernas. Parecía de lo mas tranquilo pero estaba tremendamente excitado.

Lis siguió con lo que estaba haciendo y ahora su mano recorría sus muslos y de vez en cuando rozaba su sexo. De repente se levantó y acercándose a Paolo se despojó de sus pantalones y de su ropa interior.

Él acercó una de sus manos a ella para acariciarle el vientre. Parecía absorto ante aquella imagen.

Lis sonrió y volvió a sentarse en la cama pero esta vez abrió las piernas todo lo que puedo para dejar su sexo completamente al descubierto y que él pudiera observarlo bien.

Y entonces empezó a masturbarse. Sus dedos salían y entraban de su sexo frenéticamente haciendo que éste se humedeciera cada vez más. Gemía cada vez que sus dedos la penetraban.

Paolo estaba cada vez más caliente y su miembro estaba duro como una piedra, haciéndole presión contra el pantalón. Comenzó a tocarse el bulto de su entrepierna sin dejar de quitarle los ojos de encima a su acompañante.

Ella esta a punto de llegar al orgasmo pues el saber que la estaban observando era un gran aliciente. Los gemidos eran cada vez mayores y más fuertes. Pequeños espasmos recorrían todo su cuerpo indicando que el orgasmo estaba cerca. Éste salio con fuerza de su interior empapando sus muslos y las sábanas de la cama.

Pero la cosa todavía no había terminado.

Fin del capítulo 70

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