Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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miércoles, 5 de octubre de 2011

CAPÍTULO 66: INTENTAR DESPEJAR LA MENTE

Cuando las clases acabaron Lis se sintió aliviada pues no tendría que ver a Derek hasta el día siguiente y podría ir a casa y relajarse. Una vez que hubo terminado de comer se tumbó en el sofá a ver la televisión hasta que sin darse cuenta se quedó dormida. A las dos horas se despertó y decidió irse a dar un paseo para ver si se despejaba.

Salió de casa y la suave brisa que se había levantado alborotó levemente sus cabellos, desordenándoselos y poniéndoselos por la cara. A Lis no le importó pues precisamente era ese ligero soplo de viento el objetivo de su paseo. Decidió que con dar un rodeo por su calle y las de alrededor sería suficiente. A pesar de que fuera un lunes por la tarde no se veía a casi nadie por la calle. Bueno, eso haría que el paseo fuera más tranquilo y relajante.

El silencio que la rodeaba sólo era roto por el ruido de sus pisadas contra el pavimento y el eco que producían en la calle desierta.

Al cabo de una hora decidió que ya tenía que volver a casa. La caminata le había despejado las ideas, había podido pensar con claridad y relajarse. Olvidarse de toda la tensión que la había originado la conversación con Derek.

Ahora tenía otro problema por delante. Tenía que armarse de valor y acudir a la cita con su vecino, la cual había aceptado. Le daba una vergüenza horrible pero, sacando fuerzas de lo más profundo de su ser, antes de volver a su casa se desvió para acercarse a la de su vecino. Se colocó frente a la puerta, respiró hondo y llamo al timbre.

Las manos le sudaban y no paraba de echar el pecho a un pie y a otro haciendo que su cuerpo se balanceara y acrecentara su nerviosismo.

La puerta se abrió al fin y su vecino apareció tras ella vestido con un chandal gris y el pelo recogido en una coleta baja, de la cual se escapaban algunos mechones, los cuales le caían por la cara y le daban un aire despreocupado y a la vez muy sexy.

- Hola Lis – dijo un poco sorprendido - ¿Quieres pasar?

- No, no… solo venía a preguntarte cuando te viene bien quedar… - sus mejillas se tiñeron de rojo.

- ¿Tomamos mañana un café después de comer?

- Vale pues… mañana nos vemos.

- Lo estoy deseando.

Y tras esas palabras cerró la puerta.

Mañana entonces…

Fin del capítulo 66

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