Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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jueves, 8 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 63: UN NUEVO VECINO

Cuando acabaron Dmitri se apartó de Lis para permitir que ésta se incorporara. Lis se subió los pantalones y levantó la vista para encontrarse con que Dimitri la estaba mirando. Había recostado la espalda contra la pared, los brazos cruzados sobre el pecho y el pelo ligeramente alborotado. Estaba fantástico, como un modelo que esta posando para un anuncio.

- ¿Te a gustado? – le preguntó a Lis mientras arqueaba la mitad de la boca para esbozar una sonrisa torcida que resultaba de lo más sugerente.

- Todo se puede mejorar – le contestó ella pícaramente para intentar pincharlo.

- Entonces – dijo mientras la sujetaba por la cintura y la traía hacia él – cuando quieras lo comprobamos.

Lis se emocionó ante la perspectiva de volver a quedar los dos solos.

Después emprendieron la marcha de vuelta a sus casas pues pronto iba a ser la hora de cenar. Cuando llegaron a la plaza en la que estaba ubicada el bar Dimitri se paró y tomó la palabra.

- Te acompañaría a casa preciosa pero tengo que llegar rápido a la mía. Nos vemos.

Y diciendo esto le dio un cachete en el culo a modo de despedida y se alejó de allí a paso vivo por otra dirección. Lis, por lo tanto, se encaminó sola hacia su casa. Iba mirando al suelo sumergida en sus pensamientos cuando chocó contra alguien que llevaba una caja en las manos, la cual cayó al suelo y unos cuantos libros quedaron esparcidos por el suelo.

- Pe… perdona no te había visto – se apresuro ha disculparse Lis y empezó a ayudar a recoger los libros.

Pero cuando levantó la vista para devolvérselos se quedó anonadada. Era un chico joven pero mayor que ella. Tenía el pelo castaño que le llegaba un par de palmos por debajo de los hombros, ojos azules y era el hombre más guapo que había conocido nunca. Cuando se incorporaron puedo ver su complexión atlética y su porte refinado. Iba vestido con un pantalón de deporte negro y una camiseta de tirantes gris que marcaba el contorno de sus pectorales.

- No te preocupes – su voz era grave y varonil – a sido un accidente.

Lis se sonrojó. Saco las llaves y cuando tras despedirse con un escueto adiós se disponía a entrar en su casa volvió a escuchar la voz del joven tras ella.

- Vaya, veo que somos vecinos. Bueno, entonces nos volveremos a ver. Adios.

Y Lis se quedó allí, con las llaves en la mano a punto de meterlas en la cerradura, viendo como se metía en una casa situada a unos cuantos metros de distancia, desconcertada. Vaya, no sabía que alguien hubiera alquilado aquella casa. En ese caso, estaba esperando volver a ver a su nuevo vecino.

Y la situación no se haría esperar…

Fin del capítulo 63

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