Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

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miércoles, 14 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 65: ¿AMIGOS OTRA VEZ?

Suena el despertador. Lis, confusa y desorientada, se viste, coge sus cosas y se va a clase. Una vez allí hace lo posible para prestar atención y no pensar en varias cosas que le rondan por la cabeza. Cuando llegó la hora del recreo las amigas de Lis se quedaron en la biblioteca pues tenían que acabar un trabajo por lo que ella se sentó sola en un banco al aire libre.

- Hola, veo que estás sola. ¿Puedo sentarme? – le dijo una voz conocida a su espalda.

- Hola Derek e…- como no le iba a dejar sentare, le parecía mal después de todo lo que había pasado – claro, siéntate.

- ¿Y eso que no estás con tus amigas?

- Están haciendo un trabajo.

- Entiendo.

- Oye Derek… ¿por qué me hablas?

- ¿Perdona? – la incredulidad y la sorpresa impregnaron su voz.

- Es que no entiendo que me hables después de cómo acabó lo que había entre nosotros.

En este punto de la conversación Lis estaba sentada frente a Derek con las piernas cruzadas y las manos juntas reposándolas en los tobillos. Él estaba sentado ligeramente vuelto hacia Lis para poder verla pero totalmente envarado por la tensión del momento. Derek tomó aire, se retiró el pelo de la cara y habló.

- Porque me caes bien.

- - ¿Sólo por eso? – Lis no se creía que después de todo lo que paso solo aspirar a eso.

- No. Porque se que tarde o temprano volverás a mi lado.

Lis se quedó con la boca abierta.

- No estés tan seguro – acertó a decirle.

Derek se acercó a ella y le dijo al oído.

- Tu elección te fallará.

Derek se levantó del banco y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. Ella la tomó pues era incapaz de resistirse a la amabilidad que desprendían sus ojos marrones.

- Entonces volvemos a ser amigos ¿no?

- Supongo que se podría probar… ¡Pero sin intentar ser nada más!

- Vale, vale – dijo Derek mientras levantaba las manos en señal de paz.

La sirena sonó por lo que los dos entraron a clase y se sentaron en sus mesas. Lis no se enteró de nada de las últimas clases. Estaba dándole vueltas a lo que le acababa de pasar. Era consciente de que su relación había acabado y que él se lo había tomado mal pero quizá era cierto que sólo pretendía ser su amigo. Es posible que lo haya olvidado todo y la haya perdonado. ¿Había echo bien en aceptar su posición? ¿O había sido todo un error y tendría que haberlo alejado de ella definitivamente? No tenía las respuestas a aquellos interrogantes pero lo que í sabía era que se sentía my cómodo a su lado y que esta vez sería egoísta y que para que esa calma no desapareciera le mantendría a su lado.

Fin del capítulo 65

viernes, 9 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 64: INVITACIÓN

Hoy es lunes, empieza la semana y por lo tanto también lo hacen las clases. Tras un día monótono y sin ningún acontecimiento fuera de lugar por fin ha llegado la hora de volver a casa. Se despidió de sus amigas, se colgó la mochila al hombro y se encaminó hacia su casa. Cuando pasó por la casa donde la tarde anterior había visto meterse a su nuevo vecino se detuvo delante de ella para observarla. Era grande, con dos amplios ventanales a cada lado de una puerta de madrea oscura con un tirador dorado. La fachada era granate y el tejado a dos aguas del mismo color pero un par de tonos mas claro. Una casa con una pinta bastante acogedora.

Tan ensimismada estaba mirando el edificio y recorriendo sus formas que no oyó como su vecino se acercaba a ella por detrás y se situaba a su lado.

- Hola

Lis se volvió sobresaltada.

- Hola... – un rubor rojo cubre sus mejillas.

- ¿Te gusta? – le preguntó al percatarse de que estaba mirando su casa

- Es muy…. Bonita… - ¿Qué se supone que tenía que decir?

- Perdona ayer no me presenté. Me llamo Paolo.

- Yo Lis. Vaya, no tienes un nombre muy común,

- No la verdad que no. Mis padres son italianos de ahí mi nombre.

Y esbozó una amplia sonrisa dejando al descubierto unos dientes perfectos, a la que Lis respondió con otra.

- Bueno si quieres podemos quedar y así te enseño la casa… ¿Te apetece? – le propuso Paolo mientras hacia un gesto con la mano indicándole la entrada de su casa.

- Tal vez otro día, cuando tenga menos cosas que hacer. Nos vemos. – se excusó Lis.

- Vale, nos vemos.

Y Lis se marchó rápidamente a su casa. ¡Qué vergüenza! Y además había accedido a quedar un día con él, peor bueno al menos no le había dicho que si al momento. Así no daba la impresión de estar tan interesada.

**

Paolo estaba en el sofá de su casa cómodamente sentado y dando buena cuenta de una copa de vino mientras disfrutaba de su película favorita.

No sabía por qué pero su vecina le atraía. No estaba seguro de lo que quería hacer con ella o del o que le atraía pero por lo pronto esperaba que no tardara mucho en aceptar su invitación. Tenía curiosidad.

**

Lis estaba echada en la cama, intentando conciliar el sueño. La curiosidad la mantenía en vilo y sabía que no sería capaz de resistirse mucho tiempo a la invitación de Paolo.

Fin del capítulo 64

jueves, 8 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 63: UN NUEVO VECINO

Cuando acabaron Dmitri se apartó de Lis para permitir que ésta se incorporara. Lis se subió los pantalones y levantó la vista para encontrarse con que Dimitri la estaba mirando. Había recostado la espalda contra la pared, los brazos cruzados sobre el pecho y el pelo ligeramente alborotado. Estaba fantástico, como un modelo que esta posando para un anuncio.

- ¿Te a gustado? – le preguntó a Lis mientras arqueaba la mitad de la boca para esbozar una sonrisa torcida que resultaba de lo más sugerente.

- Todo se puede mejorar – le contestó ella pícaramente para intentar pincharlo.

- Entonces – dijo mientras la sujetaba por la cintura y la traía hacia él – cuando quieras lo comprobamos.

Lis se emocionó ante la perspectiva de volver a quedar los dos solos.

Después emprendieron la marcha de vuelta a sus casas pues pronto iba a ser la hora de cenar. Cuando llegaron a la plaza en la que estaba ubicada el bar Dimitri se paró y tomó la palabra.

- Te acompañaría a casa preciosa pero tengo que llegar rápido a la mía. Nos vemos.

Y diciendo esto le dio un cachete en el culo a modo de despedida y se alejó de allí a paso vivo por otra dirección. Lis, por lo tanto, se encaminó sola hacia su casa. Iba mirando al suelo sumergida en sus pensamientos cuando chocó contra alguien que llevaba una caja en las manos, la cual cayó al suelo y unos cuantos libros quedaron esparcidos por el suelo.

- Pe… perdona no te había visto – se apresuro ha disculparse Lis y empezó a ayudar a recoger los libros.

Pero cuando levantó la vista para devolvérselos se quedó anonadada. Era un chico joven pero mayor que ella. Tenía el pelo castaño que le llegaba un par de palmos por debajo de los hombros, ojos azules y era el hombre más guapo que había conocido nunca. Cuando se incorporaron puedo ver su complexión atlética y su porte refinado. Iba vestido con un pantalón de deporte negro y una camiseta de tirantes gris que marcaba el contorno de sus pectorales.

- No te preocupes – su voz era grave y varonil – a sido un accidente.

Lis se sonrojó. Saco las llaves y cuando tras despedirse con un escueto adiós se disponía a entrar en su casa volvió a escuchar la voz del joven tras ella.

- Vaya, veo que somos vecinos. Bueno, entonces nos volveremos a ver. Adios.

Y Lis se quedó allí, con las llaves en la mano a punto de meterlas en la cerradura, viendo como se metía en una casa situada a unos cuantos metros de distancia, desconcertada. Vaya, no sabía que alguien hubiera alquilado aquella casa. En ese caso, estaba esperando volver a ver a su nuevo vecino.

Y la situación no se haría esperar…

Fin del capítulo 63

miércoles, 7 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 62: VAMOS A DAR UNA VUELTA

A las dos horas de estar allí los cuatro juntos Marta y Bea comenzaron a sentirse incómodas. No sabían que decir así que optaron por marcharse y dejarles solos. Así que farfullando un par de disculpas estúpidas se marcharon de allí.

- Ahora que nos han dejado solos… - decía Dimitri mientras miraba de forma sugerente a Lis – podríamos ir a dar una vuelta…

Lis se quedó como hipnotizada por sus ojos verdes y accedió inmediatamente. Dimitri la sujetó por la cintura y los dos se marcharon del bar. Caminando sin rumbo fijo llegaron a las calles más lejanas, aquellas por las que casi nunca pasa nadie debido a su distancia con el núcleo urbano.

- Vamos a sentarnos en ese portal – dijo Dimitri.

Era un portal con un escalón que se levantaba a un palmo del suelo por lo que era cómodo para sentarse y tenía sendos muretes a los lados los cuales tapaban las esquinas del portal y tras los cuales podías ocultarte si estabas sentado debido a su pequeña altura. El suelo estaba hecho de mármol blanco y las paredes era de piedra negra.

Lis y Dimitri se sentaron en una de las esquinas, ocultos tras el muro. Dimitri posó sus manos en ambos lados de la cara de Lis y con rudeza la acercó hacia ella y comenzó a besarla como si el tiempo se le escapara rápidamente. Al poco tiempo sus manos se deslizaron a sus pechos, apretándolos con fuerza. Mordiendo luego su cuello y pellizcándole los pezones a través del sujetador. Parecía que Dimitri tenía unas ganas enfermizas y brutales por poseerla en ese mismo instante. Su ímpetu era demasiado exultante y en algunas ocasiones sus caricias eran demasiado fuertes.

- Para… aprietas muy fuerte… - le dijo Lis con una mezcla de placer y dolor en su voz.

- Que pasa, que no te gusta ¿o que? – A Dimitri le había molestado la objeción de Lis.

- No, no es eso…

- Pues entonces ya está.

Dimitri se levantó bruscamente, la agarró de la mano e hizo que ella también se levantara, le bajo los pantalones y la ropa interior. La situó frente al murete, con su pecho apoyado contra la fría piedra y empezó a penetrarla.

Las embestidas eran salvajes, como las de una fiera desbocada. Lis, aunque tenía miedo de que alguien pasara y los viera, estaba disfrutando a la vez por el morbo que le daba la situación. Los gemidos no tardaron en aparecer.

A Dimitri la situación le encantaba. Estaba practicando sexo en un lugar en el cual le podía pillar y además estaba dominando a una preciosa pelirroja que le encantaba…

Fin del capítulo 62