Atrapados por la novela

Debido a la falta de tiempo no puedo subir capítulo todos los días, el nº de ellos dependerá de la semana. Gracias a todos.

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

martes, 25 de enero de 2011

CAPÍTULO 48: VOY A HACER QUE CAMBIES DE OPINIÓN

♦♦

Libera los labios de Lis que empiezan a estar un poco hinchados después de tantos besos.

-Me gusta cuando te pones tan dulce – Lis no quería decir eso. ¡No quería!

-¿Qué te gusta? Jajajaja. Pues no pienses que voy a ser así. No me ese rollo ya lo sabes. Sólo estaba comprobando tus reacciones. Pensaba que eras más salvaje. Me da la impresión de que te gustan demasiado esas maneras tan ñoñas. Y eso no me gusta, ya lo sabes.

Dimitri agarra a Lis por las muñecas y la arrastra a su escritorio. Aparta los libros que tiene en la mesa. La pone enfrente y hace que se arquee sobre el escritorio.

-No te preocupes, voy a hacer que cambies de opinión. Porque no pienso perder mí tiempo con carantoñas.

Y dicho esto le dio un azote, y luego otro y otro y otro…

Al principio a Lis no le disgustaba, incluso lo disfrutaba. Le gusta que la azoten. Pero ya no le resulta agradable, cada azote es más fuerte que el anterior. La piel está dejando el habitual color blanco para teñirse de rojo por efecto de los golpes.

-¡Para por favor! – le implora Lis.

-¿Ya has aprendido la lección? – le dice Dimitri con sonrisa malévola.

-Si… si… pero para por favor.

-No sabes lo que me pone verte así… tan sumisa…

Dimitri levanta a Lis del escritorio y la lleva al borde de la cama. Vuelve a besarle. Eso hace que se le olvide todo. Solo quiere el roce de sus manos y de sus labios por el cuerpo.

Dimitri la tumba en la cama y se pone encima de ella. Le quita el sujetador. Dimitri la tumba en la cama se pone encima de ella. Rodea sus pezones con la punta de la lengua, luego dobla suavemente provocándole a Lis escalofríos. Las manos de ella aferran fuertemente las sábanas de la cama. Intenta no gemir. La boca de Dimitri ha llegado a su cabeza. Le estaba quitando el tanga con la boca. Luego empieza a darle besos en el interior de los muslos, desde las rodillas hasta el interior de sus piernas. Allí se detiene un bueno rato, saboreando cada momento, cada sabor… haciendo que Lis se derrita y ya no pueda ahogar más sus gritos de placer.

Su cuerpo temblaba, sus manos se crispaban y apretaban cada vez más fuerte hasta que la piel de sus nudillos se puso blanca de la tensión. A los pocos minutos Lis estalló.

Dimitri levanto la cabeza mientras se lamía los labios. Él pone sus labios en el oído de Lis.

-Ahora te toca a ti.

Se tumbó en la cama poniendo las manos detrás de la cabeza, en una posición totalmente reflejada.

Lis bajó lentamente, rozando con sus pechos el cuerpo de su amante. Llega su cadera. Besa la piel que hay debajo del ombligo. Con la punta de la lengua recorre su miembro, demorándose para no dejarse ni un milímetro de piel sin lamer. Hace círculos en el glande, presionándole con los labios logrando que salieran gotitas de ese néctar que tanto le gusta. Dimitri agarra la cabeza de Lis obligándola a que se metiera todo su miembro en la boca, sin dejarle apenas respirar. Los ojos de ella comienzan a llorar a causa de las embestidas que llegan hasta el fondo de su garganta. Pero a ella le gusta. Dimitri suelta gemidos fuertes con cada embestida.

-Uff… ¡Voy a terminar!

Oyendo estas palabras Lis logra zafarse de las manos de Dimitri, se levanta y se pone encima de él.

-No… quiero sentirte dentro de mí… por favor…

-No puedo negarme zorrita, no si me lo pides así. Pero no lo vamos a hacer en esta cama. ¡Levanta!

La coge del brazo y la lleva al escritorio, poniéndola en la misma posición en la que había estado hace unos minutos.

Dimitri se coloca detrás de ella y empieza con las embestidas, que cada vez son más fuertes. El escritorio choca contra la pared provocando un ruido ensordecedor. Ninguno de los dos puede dejar de gritar.

-Joder, como me gusta hacerte gritar preciosa… ¡Ahh!

Cuando terminó se vistió rápidamente mientras Lis le miraba sin hacer ni decir nada.

-Bueno me marcho – le dijo mientras le daba un azote demasiado fuerte en su trasero ya dolorido.

Y salió por la puerta.

A los pocos segundos Lis oyó como se cerraba la puerta de su casa.

Lis se viste, empieza a sentir el frió en su cuerpo.

Fin del capítulo 48

No hay comentarios:

Publicar un comentario